17 de octubre de 2008

Recién sacado del horno...


Introducción:

Este informe está basado en los temas abordados durante el año en las materias “Comunicación y Cultura” acerca de los medios de comunicación y su influencia en la cultura de masas, apoyando este material escrito con la película “The Truman Show”.
Como problemática central nos proponemos indagar como el límite entre lo privado y lo público se ve desdibujado por la mass media y cómo influye actualmente en la formación de nuevos valores éticos y morales.
Existen muchas leyes destinadas a regular el accionar de los medios con respecto a la privacidad y también existen leyes que avalan la libertad de expresión. El problema está en que los límites no están socialmente definidos. En otros tiempos, era impensable la libre proclama de temas tabúes, que lejos de provocar polémicas e interés, producían la no identificación con el mensaje y la rápida disolución de la cuestión.
Debido a los cambios sociales e históricos, la sociedad fue mutando de manera que creó una sobre dependencia al continuo bombardeo mediático. Los avances tecnológicos facilitan tanto la búsqueda inmediata de información como la difusión de la misma, y también generan en el receptor un clima de credibilidad absoluta a todo lo reproducido por los mismos. Esto acota las posibilidades de análisis, búsqueda y procesamiento de cada individuo para llegar a formar una opinión propia.
¿Es posible delimitar la libertad de expresión de manera que no atente contra la vida privada? ¿Por qué los reality shows y los libros que cuentan una historia resaltando los aspectos ocultos de la original generan tanto interés en las personas? ¿Hasta qué punto la sociedad crea a los medios o son realmente los medios quienes crean a la sociedad? Y de todos modos, ¿no están los medios creados por parte de la sociedad? ¿Qué parte de la sociedad crea a los medios? ¿Es esa parte de la sociedad la misma que genera necesidades utilizando como herramienta la publicidad? ¿Es posible dejar de depender de los medios masivos de comunicación en una sociedad basada en la misma cuando está tan arraigada a la vida cotidiana hasta el punto de convertirse en el nuevo educador? ¿Quedarían los padres desplazados a un segundo plano frente a uno infalible? ¿Cómo se les permitió concentrar tanto poder imponiéndose rápidamente en todo el mundo?
Desarrollo:

El problema principal que se nos plantea al tocar el tema de la libertad de expresión, es que, el hecho de querer delimitarla, muchos individuos lo ven como una amenaza a la misma. Por la mayoría de las personas en esta sociedad los límites son traducidos como censura. De nuevo podemos reformular nuestra primera pregunta: ¿Es posible delimitarla sin atentar contra la libertad de expresión o, mirándolo desde el otro lado, sostener la misma, sin atentar contra los intereses personales y la privacidad?

La libertad de expresión si se ejerce con violencia, con agresión, si lesiona bienes y derechos ajenos, no esta correspondiendo a su esencia, no favorece el bien para el cual fue constitucionalmente protegida, ningún bien se realiza por medio de la lesión a otros, por tanto, no es posible tener un derecho y al mismo tiempo no tenerlo, no puede afirmarse, en este caso que el ultraje sea una forma de libertad de expresión.” Dice Rafaela LÓPEZ SALAS, de Cuestiones Constitucionales (Revista mexicana de Derecho Constitucional).

Este es un punto importante a tener en cuenta. En la película “The Truman Show” se observa claramente como el “derecho” a la libre expresión, pasa por encima de dos derechos funadamentales del hombre: el derecho a la libertad y el derecho a la intimidad. Truman es encerrado en un mundo ficticio, y se le otorga una identidad que no le pertenece con fines puramente lucrativos. Christof asegura que la verdad (o el mundo real) siempre estuvo al alcance de Truman, pero que éste no quería abrir los ojos, y que en realidad ese mundo ficticio no era una prisión, porque podía elegir abandonarlo cuando decidiera, aunque esto es relativo, ya que es imposible decidir sobre algo que no se tiene conocimiento.

Volvemos a la pregunta: ¿Es posible delimitar la libertad de expresión de manera que no atente contra la vida privada? Esta pregunta tiene muchisimos enfoques posibles. Encontramos sin embargo, que tal vez, sea una cuestión que no es legalmente regulable, sino que pasa más por un hecho moral y ético. Esto es entrenable desde la sociedad. Una sociedad tal vez demasiado ensimismada en un vaciamiento cultural guiado tanto por la televisión como por el resto de los medios masivos de comunicación.
¿Quiénes son los receptores? ¿Por qué se dejan comprar por historias “reales” que dejan entrever el lado turbio de sus personajes principales?
Dice Ramón Román Alcalá en “La obscenidad de la mirada” (capítulo extraído de Vivre et gérer l'espace urbain au 3e millénaire) “El aspecto popular de la televisión hace que ésta no sea un reflejo de la sociedad, sino de su público: un público de más edad, más femenino, menos activo, menos urbano, menos niveles de diplomas o de ingresos, al que se está añadiendo cada vez más un segmento adolescente y apático, pero sobre todo gran consumidor de televisión (el 30% del público consume el 60% del volumen total de la audiencia).” Si tomamos esta postura como acertada entonces la verdadera pregunta es: ¿Qué está mal como sociedad?. “La televisión no sería más que la explotación industrial de la “cultura pobre” (ordinaria, soez, de mal gusto, la Sevilla de los Morancos etc.).Si se acepta esto el verdadero problema sociológico no es el de la televisión, sino el de la clase popular en su relación a lo social, a la cultura y educación y a los medios.”
Llegamos a la conclusión, gracias a varios de los datos recogidos, que realmente el problema no parte de la televisión, sino, en primera instancia, de la sociedad. Y en segunda instancia, de la relación de ésta con la televisión.
Para esa cultura popular la televisión se ha convertido en un peligroso espacio de visibilidad. Representa, sin ninguna duda, la mirada social de la realidad que ha conseguido hacer importante lo que no tiene interés. Pero esta mirada tiene cada vez menos límites en las cosas sin importancia por ser populares, es una mirada omnisciente, sin control: nada escapa a ella. Esta actitud no deja espacio para la privacidad (mejor intimidad), lo cual provoca un exceso del mirar, una obscenidad visual-social suscitada, a su vez, por la necesidad que tenemos de ser vistos, queridos y deseados. Nace con ello un nuevo concepto de sociedad (quizá nace una nueva sociedad), dotada de una nueva sensibilidad y una nueva mentalidad más compleja y difícil de aprehender.” sigue diciendo Román Alcalá. Esta postura, nos lleva a asociar automáticamente la realidad con la ficción inventada por George Orwell, llamada 1984, donde la pérdida de la intimidad y hasta de la autonomía era absoluta.

Llegando a este punto, nos es imposible no resaltar un tema que nos preocupa desde que empezamos a trabajar. ¿Es posible que la televisión se haya convertido en el educador principal de la nueva sociedad? Lamentamos que tal vez la respuesta sea positiva. Con el cambio de rol de la mujer, ambos padres tienden a trabajar, dejando a los hijos solos gran cantidad de horas. Al regresar al hogar, están demasiado cansados, así que, en muchos casos, los hijos terminan pasando horas frente al televisor o la computadora sin ningún tipo de regulación.
Dentro de la televisión,o mismo de la computadora, la información transita casi sin restricciones o censuras, y queda a la mano de mentes tal vez no del todo maduras determinado tipo de contenidos nocivos.
Esto también es parte del interés de los medios masivos, que cumplen un rol altamente politico “distrayendo y ahuecando” a las masas.
Los medios son parte de la sociedad, es imposible desligarse de ellos. Pero es posible no permitir ser abosorvido por ellos, analisarlos de manera critica y absorver solo lo favorable, alimentando nuestra capacidad de racionalización.
La publicidad, expresada en los medios masivos insistentemente, a cualquier hora y sin casi ninguna restricción; intenta generar, muchas veces con éxito, “necesidades” realmente innecesarias. Lujos, y recursos a los que tal vez no todos necesitan acceder, o no pueden hacerlo con facilidad, pero que sin embargo, se ven obligados a consumir, incluso bajo costos exorbitantes. Esto queda gráficamente demostrado en la pelicula, en todos los momentos de tensión en los que, los personajes, se “salen” de la historia, para vender algun producto. En la vida real, todo lo que hacemos y vivimos, está inundado por la publicidad y es necesario, nuevamente, desarrollar el pensamiento critico para no caer en el consumismo desmedido y compulsivo.

Conclusión:

¿Es posible dejar de depender de los medios masivos de comunicación en una sociedad basada en los mismos cuando están tan arraigados a la vida cotidiana hasta el punto de convertirse en nuevos educadores?
Creemos que es posible, al menos, tomar la suficiente distancia como para analisarlos y no dejarnos arrastrar hacia el consumismo y el vacío. Son importantes como herramientas para conseguir información y ver una parte de la realidad, pero es importante que como sociedad aprendamos a limitarlos y que no seamos receptores pasivos de todo lo que se nos muestra.

En este trabajo, respondimos casi la totalidad de las preguntas cuestionadas en la introducción satisfactoriamente, aunque consideramos que tal vez cada respuesta puede ser ampliamente extendible, y nos puede llevar a su vez, a nuevos planteamientos y relaciones con otros temas igual de interesantes.


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