7 de marzo de 2009

La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas

-Nunca jamás seré lo bastante buena...da igual por mucho que me esfuerce- dijo suspirando Victoria
-Bastante buena, ¿Para qué? - Le preguntó una voz.
La princesita se incorporó al instante y comenzó a mirar en todas direcciones.
-¿Quién ha dicho eso?-preguntó
-¿Quién? ¿quién?.. Yo lo digo -respondió la voz.
Parecía como si la voz viniera del árbol.
-¿Quién eres?- preguntó la princesita.
-¿Quién eres?- repitió la voz- esa es la cuestión.
-Está bien, te lo voy a decir yo primero -dijo Victoria levantándose muy despacio para que su dolor de cabeza no fuera mayor, y haciendo su mejor reverencia prosigió- Soy la princesa Victoria, hija del rey y de la reina de esta Corte. Vivo en el palacio al otro lado de los jardines, soy la número uno de mi clase en la Real Academia de Excelencia. Intento por todos los medios seguir siempre las normas del "Código Real de Sentimientos y Conducta de Princesas". Se me da mejor plantar rosas que jugar al softball y antes tenía un perro que se llamaba Timothy Vandenberg Tercero. Sufro en ocasiones terribles dolores de cabeza...como el que tengo ahora mismo.
-Es muy interesante, princesa, pero aún no me has dicho quién eres.


-Cuando viste el bote por primera vez, ¿No creiste que te iba a salvar?, ¿y no resultó ser tan pequeño, tan viejo y tan raquítico que se llenó de agua?
-Me temo que sí -dijo Vicky entre dientes.
-Y ¿No te aferras a él con gran desesperación aunque se esté hundiendo y amenace con llevarte con él?
-Supongo -contestó Vicky de mala gana. De repente, se animó- ¡Ya sé! Podrías sacarnos de la tormenta, ya que los delfines son muy buenos nadadores, y tú eres uno de ellos. Además, sois inteligentes y apuesto a que sabes dónde hay tierra firme.
-Podría, pero no lo haré.
-¿Por qué no?
-Porque cuando le das un pez a un hombre le estás dando de comer hoy, pero cuando le enseñas a pescarlo, le proporcionas alimento para toda la vida.
-¡A quién le interesa ese estúpido hombre y su pez! -dijo Vicky sintiéndose frustrada- Tienes que ayudarnos a salir de aquí antes de que nos cubra más el agua.
-Sólo os puedo enseñar a ayudaros a vosotras mismas.
-¿Ayudarnos a nosotras mismas? ¿Cómo?
-Saltando del barco, por así decirlo, -respondió el delfín.
-¿Qué significa, Victoria?
-Quiere decir que dejemos el bote.
-¡No lo entiendes! -le gritó Vicky al delfín- ya te lo hemos dicho, ¡no sabemos nadar!
-Eres tú la que no lo entiende. Sabes nadar, lo que pasa es que has elegido no hacerlo, pero yo puedo enseñarte.
-Estamos heladas, agotadas y, de todas formas, el mar está muy picado -dijo Vicky con determinación- Con toda seguridad nos ahogaremos si intentamos aprender ahora.
-Lo que sí es seguro es que te hundirás si no lo haces ya.
(...)
-Algunas personas tienen que llegar a tocar fondo para que quieran aprender a salvarse. Es más, incluso en esos momentos, los hay que siguen sin atreverse a intentarlo. Comenzasteis este viaje para evitar hundiros en un barco que se iba a pique -dijo Dolly- ¿estáis seguras de que queréis que os ocurra lo mismo en este otro?
-No lo entiendo -contestó Vicky- No hemos estado antes en ningun otro barco.
-Dolly se refiere al príncipe -le aclaró Victoria- En cierta manera, él era otro barco y tuvimos que decidir si quedarnos y hundirnos con él, o salir de ahí e intentar nadar. Si nos hubiéramos quedado, nos habríamos ahogado muy pronto en nuestras propias lágrimas. De igual forma, si permanecemos en este barco, moriremos en el mar, ¿lo entiendes?
Dolly movió las aletas:
-Si, a veces, debes renunciar a quedarte y comenzar a andar.
(...)
-Si nos soltamos del bote, nos ahogaremos. ¡Lo sé! -dijo Vicky
-Llevas ahogándote muchos años y ¡ni siquieras estabas dentro del agua! -le contestó Dolly- Tienes tanto miedo que aún no te has dado cuenta de que ha amainado la tormenta. La vida no viene con el certificado de garantía. Puedes aprovechar una oportunidad o dejarla pasar.


~ Marcia Grad - La Princesa que Creía en los Cuentos de Hadas

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