Romeo: Si con mi mano he profanado tan divino altar, perdóname. Mi boca borrará la mancha, cual peregrino ruboroso, con un beso.
Julieta: Buen peregrino, no eres justo con tu mano, pues ella fue devota. Los santos tienen manos a las que tocan las manos de los peregrinos y ése es el sagrado beso que se dan.
Julieta: ¡Amor nacido del odio! ¡Muy pronto te he visto sin conocerte! Quiere mi negra suerte que consagre mi amor al único hombre a quien debo aborrecer.
Ama: ¿Qué estás diciendo?
Julieta: Versos que me dijo uno bailando.
Julieta: ¡Romeo! ¡Romeo! ¡Oh, si yo tuviese la voz del halconero, para traer de nuevo al halcón! Si yo pudiera hablar a gritos, penetraría mi voz hasta en la gruta de la ninfa Eco y volvería su voz más ronca que la mía, repitiendo tu nombre, Romeo, Romeo...
~ William Shakespeare - Romeo y Julieta
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