19 de marzo de 2010

Ellos eran dos, dos que no eran nada.
Ella era siempre el poste al costado del camino.
Siempre la que tenía fuerzas por él .
Él era siempre el que caminaba mirando al frente, el que no sabía que ella estaba ahí.
Podría mil veces haberse dado vuelta para verla, hablarle.
Podría mil veces haberse dado vuelta para no temer.
Era más fácil para él seguir mirando al frente.
Era más fácil para ella no hacer nada para llamar su atención.

Namida.



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